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Fondos socioambientales locales: el caso del Fondo Socioambiental CASA

El Fondo Socioambiental CASA fue creado como un fondo sudamericano que financia proyectos en los grandes biomas regionales de forma integrada, aún a pesar de las fronteras geopolíticas. Durante sus años de existencia, el Fondo desarrolló una exitosa estrategia de trabajo que resultó en más de 1.800 proyectos financiados en diez países de América del Sur. Esto solo fue posible gracias a un modelo de gestión inteligente y una red de alianzas y confianza que crece y se expande continuamente.

El Fondo CASA es el único en Sudamérica establecido por activistas ambientales locales con el objetivo de apoyar a los grupos más vulnerables de la región. Desde sus inicios, el Fondo consideró que la forma más efectiva para cumplir su objetivo era mediante la creación de fondos socioambientales locales establecidos por los socios en cada país, ya que los mismos, al estar más cerca de las necesidades y dinámicas de la realidad local, más eficaz serían en su respuesta. Atento a esto, el Fondo CASA decidió ofrecer su tecnología a los socios de los países vecinos con los que siempre había trabajado.La idea fue luego presentada a otros colaboradores financieros estratégicos, como la Fundación Interamericana (IAF, por sus siglas en inglés), quienes inmediatamente decidieron apoyar la replicación del modelo. Actualmente, fondos locales basados ​​en la tecnología del Fondo CASA están iniciando su trabajo en Bolivia, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Argentina.

Durante el proceso de consolidación de estos nuevos fondos, algunos momentos “planetarios” han contribuido a reforzar aún más el valor de esta iniciativa. Tres puntos específicos ayudan a entenderlo:

  • En todos los países miembro del Fondo los espacios de la sociedad civil han sido abrupta y violentamente cerrados, principalmente a activistas ambientales y protectores de los territorios donde se encuentran los recursos naturales más codiciados. En estos casos, estructuras internas que pueden distribuir recursos han sido cruciales para apoyar soluciones ágiles y para proteger a los defensores locales.
  • La nueva atención que se le está dando a los problemas relacionados con el cambio climático y  la necesidad de brindar soluciones que sean implementadas por las personas que viven en los mismos biomas que regulan el clima global y que aún se encuentran, en su mayoría, intactos.
  • El efecto de la pandemia del COVID-19, y la paralización del mundo que se dio como consecuencia, permitió a las comunidades locales generar e implementar sus propias respuestas. En este último año, y en mayor medida que en los anteriores, se volvió urgente estructurar formas para la distribución local de recursos a estas comunidades.

Otra razón que explica el éxito de este fondo socioambiental local es el hecho que el financiamiento se da en moneda local, lo que es mucho más efectivo que una donación internacional en moneda extranjera. Esto se debe a que, en muchas ocasiones, estos grupos y comunidades no poseen cuentas bancarias, y la llegada de fondos en moneda extranjera se torna inviable. Asimismo, muchas de estas comunidades no pueden acceder al financiamiento internacional ya que no cuentan con la capacidad fiscal para hacerlo. Ayudar a estos grupos no solo fortalece el tejido democrático sino que también empodera su voz y brinda un espacio en la sociedad. Una vez que el financiamiento se hace visible por primera vez, aumentan sus redes de relaciones, y pueden luego acceder a otras fuentes de financiamiento. Con redes locales activas, el alcance de estas organizaciones se expande significativamente.

Asimismo, este tipo de colaboración que lleva adelante el Fondo CASA no es exclusivo para los países sudamericanos. Hace un tiempo que el Fondo trabaja junto con el Fondo local Tindzila de Mozambique para intercambiar experiencias e inspirarse en conocimientos de tecnología social. 

Como conclusión, los fondos locales no solo son la forma más eficiente y accesible de apoyar a la sociedad civil organizada en el Sur Global, sino que también son los que tienen el mejor costo-beneficio. Incluso, en el contexto actual, pueden ser la única opción real. Si la filantropía global está replanteándose sus opciones de financiamiento debido a la crisis económica que se está haciendo evidente, quizás valga la pena prestar más atención a los fondos socioambientales locales, establecidos por personas que conocen profundamente sus territorios, y por lo tanto pueden proponer las soluciones más adecuadas para sus países; y que también poseen los medios más eficientes y efectivos para llegar a quienes, en este momento, necesitan más apoyo.

Para leer la nota completa, visitar el siguiente link: https://philanthropyinfocus.org/2020/05/14/local-socio-environmental-funds-exporting-social-technology-to-preserve-life/. También se puede acceder al sitio web del Fondo socioambiental CASA aquí.

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People Power Under Attack 2020: Un reporte basado en los resultados del CIVICUS Monitor

CIVICUS publicó en diciembre de este año un nuevo informe sobre los resultados arrojados por el CIVICUS MONITOR en 2020. Este tiene como objetivo proporcionar una evaluación integral de las condiciones de la sociedad civil dentro de los países y a lo largo del tiempo.

El Monitor CIVICUS conceptualiza las condiciones para la sociedad civil como el respeto en la política y la práctica de las libertades de asociación, reunión pacífica y expresión. Para capturar estas dinámicas en una escala global, más de 20 organizaciones alrededor del mundo han unido sus fuerzas con CIVICUS para proporcionar una base de evidencia para la acción para mejorar el espacio cívico. Con el fin de hacer comparaciones a nivel mundial y rastrear las tendencias a lo largo del tiempo, el Monitor CIVICUS produce calificaciones de espacio cívico para 196 países. El espacio cívico de cada país se clasifica en una de cinco categorías: abierto, reducido, obstruido, reprimido o cerrado, según una metodología que combina varias fuentes de datos sobre las libertades de asociación, reunión pacífica y expresión.

Uno de los puntos destacados del informe de este año es la evaluación sobre la utilización de la pandemia del COVID-19 como pretexto para la represión y la limitación de las libertades civiles. Como consecuencia, durante este año se vio una caída del respeto al espacio cívico en muchos países del mundo. El informe además evalúa las diez mayores violaciones a las libertades cívicas en el mundo que incluyen la detención de manifestantes, el hostigamiento y la censura. Sin embargo, también considera el punto positivo de que en muchos países del mundo las protestas masivas fueron un factor fundamental que llevaron a cambios positivos, como fue el caso de Chile y de muchos estados de E.E.U.U.

A continuación, el informe realiza un análisis sobre el estado de la sociedad civil en las distintas regiones del mundo. En la región americana las principales violaciones a las libertades civiles fueron la intimidación, el hostigamiento, los ataques a periodistas, la detención de protestantes y el uso de fuerza excesiva por parte de los cuerpos de seguridad. Asimismo, cuatro países de la región empeoraron en su clasificación: tanto Estados Unidos, como Chile y Ecuador pasaron de “reducidos” a “obstruidos”, y Costa Rica pasó de “abierto” a “reducido”. En el caso de Argentina, el país se mantiene con la clasificación “reducido”. Pero no todo son malas noticias. También se dieron eventos positivos, en particular se notan 22 historias positivas sobre desarrollos positivos de la sociedad civil, 14 sobre sentencias positivas y 9 sobre la liberación de defensores de derechos humanos.

Finalmente, el informe propone recomendaciones tanto para los estados y los cuerpos regionales e internacionales, como para los donantes, sobre cómo fortalecer el espacio cívico y mejorar el respeto a las libertades de la sociedad civil.

Para acceder al informe completo, visitar https://findings2020.monitor.civicus.org/index.html.

Fuente: CIVICUS (2020). People Power under Attack 2020. A report based on data from the CIVICUS Monitor. https://civicus.contentfiles.net/media/assets/file/GlobalReport2020.pdf

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Finaliza la campaña de fin de año de RACI: #ArticularParaFortalecer

Durante el último mes RACI llevó a cabo la campaña Articular para Fortalecer con el objetivo de hacer un repaso por todo el monumental trabajo que ha hecho la Sociedad Civil este año, entendiendo cuán importante ha sido la articulación y la cultura del trabajo en red para ello.

De esta manera, con los aportes de más de 15 organizaciones miembro, se creó y compartió contenido en las redes sociales de RACI para visibilizar el trabajo de las OSC y promover la importancia del trabajo mancomunado. El contenido consistió de videos cortos enviados por los miembros de la red, quienes comentaron los desafíos que se dieron este año y cómo el trabajo en red ayudó a superarlos.

Todos los miembros que participaron coincidieron en que el trabajo en red fue fundamental para afrontar este año tan desafiante porque permitió compartir espacios  de reflexión, capacitación y contención, a la vez que el trabajo colaborativo les permitió reinventarse en tiempos de crisis, lo que puso en evidencia la necesidad de trabajar en conjunto con otras organizaciones. Además, formar parte de una red como RACI también fue vital para dar importancia a las OSC en la mesa de dialogo con el Estado, así como para llegar a lugares que quizás trabajando de forma individual no sería posible. En conclusión, lo más importante fue el rol fundamental que jugó el trabajo articulado entre las organizaciones para afrontar los desafíos del contexto de pandemia y poder seguir impactando en la sociedad.

Para ver los videos de la campaña seguí el hashtag #ArticularParaFortalecer en las redes sociales, y a RACI en Instagram y Facebook.

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¡DIGNA lanzó una nueva aplicación en busca de una mayor inclusión!

Diversity & Inclusion Group for Networking and Action (DIGNA) dio un paso fundamental en dirección hacia una mayor diversidad e inclusión al interior de las organizaciones de la sociedad civil. Con el lanzamiento de una herramienta de autoevaluación sobre diversidad e inclusión, las organizaciones de la sociedad civil pueden acceder a nuevas e innovadoras soluciones a los problemas de inclusión y diversidad.

La plataforma digital funciona a través de una autoevaluación que las organizaciones de la sociedad civil pueden realizar en siete categorías divergentes, en las cuales se les presentarán afirmaciones que puedan o no reflejar la situación de la organización social. Una vez completada esta, la plataforma provee información que ayuda a determinar el estado de las normas y prácticas de diversidad e inclusión en el lugar de trabajo.

Este nuevo e innovador desarrollo responde al objetivo de que las organizaciones de la sociedad civil puedan embarcarse en un camino hacia una mayor inclusividad, diversidad y sensibilidad a las necesidades, identidades y antecedentes de sus miembros. La autoevaluación y la posterior reflexión sobre sí mismos es el primer paso para el conocimiento de la situación y la promoción de prácticas que pregonen un ambiente laboral más justo y equitativo.

Este avance representa una herramienta de insoslayable importancia que puede ayudar a las organizaciones de la sociedad civil a convertirse en modelos inspiradores y campeones de la diversidad, ayudando así a construir un mundo mejor, más cooperativo, socialmente más justo y amable.

Para mayor información, visitar  https://diversitytool.civicus.org/.

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El 2020 para la Sociedad Civil

El año 2020 ha marcado un antes y después para prácticamente todas las comunidades del mundo en todas las latitudes posibles. A la mayoría, los acontecimientos nos tomaron por sorpresa y hemos insistido en pensar este contexto como una nueva normalidad, cuando, a decir verdad, organizaciones como la OMS y la Academia vienen alertando acerca cuán inequitativo resulta el acceso la salud, del incremento de enfermedades infecciosas tratables y evitables (dado que hay para ellas vacunas) y del peligro del desarrollo de epidemias por nuevas enfermedades, entre otros puntos.

Hace poco más de dos años, el grupo de trabajo dedicado a la temática salud dentro del grupo de afinidad Civil-20 para el G-20 -en el que RACI fue co-chair- recalcaba en una de sus sesiones los principales aspectos que atravesarían la salud en el futuro: grandes desplazamientos de poblaciones y un mundo altamente globalizado en el que las enfermedades se propagarían a una velocidad astronómica. Estimo que, como quién escribe, la mayor parte de la audiencia presente ese día habrá interpretado lo planteado como algo perteneciente al futuro lejano. Pues dos años después y a dos décadas de entrado el S.XXI, pareciera que estamos comenzando a palpar sus efectos y plantea serios interrogantes sobre cómo estas transformaciones atravesarán a la Sociedad Civil.

 

Quisiera repasar lo que fue este año para el sector social. Desde RACI, hemos desarrollado la encuesta Perspectiva Cívica frente al Covid-19 – cuyos hallazgos estaremos compilando en una publicación que estará disponible durante el mes de enero 2021- una versión de nuestro tradicional estudio adaptada a la situación de pandemia. Habiendo arrancado en 2018, y contando ya con una primera aproximación sobre las características de nuestras organizaciones – de las que no contamos con datos oficiales de ningún tipo- decidimos este año trabajar en base a un abordaje cuali-cuantitativo. Puesto que lo extraordinario de la situación ameritaba que, en lugar de hacer suposiciones sobre lo que estaban experimentando las organizaciones, saliéramos a escuchar las voces de nuestros miembros y aliados. De este modo, identificamos las dimensiones que queríamos explorar y salimos a abrir el juego frente a nuestros interlocutores principales. 79 miembros de RACI contestaron la encuesta abierta que nos permitió construir información de relevancia para comprender mejor la situación de las organizaciones durante los sucesos del Covid-19. Luego abrimos la consulta a organizaciones no miembro, alcanzando un total de 270 respuestas.

 

¿Cómo hallamos entonces a las organizaciones de la Sociedad Civil (OSC)?

Uno de los puntos más importantes fue observar la enorme capacidad de adaptación que exhibieron las organizaciones durante los meses más restrictivos del aislamiento social preventivo obligatorio (ASPO) – de abril a junio. Casi el total de las organizaciones (99%) había implementado cambios para seguir funcionando y señalaban estar operativas en diferente medida. Más de la mitad de las organizaciones consultadas dijo encontrarse operativa en un nivel superior al 60% respecto del habitual. Esto supuso un gran esfuerzo para el sector dado que no sólo tuvo que enfrentar restricciones para accionar, sino que recibió demandas crecientes durante este período. Un 57% de encuestados dijeron que las demandas se incrementaron para sus organizaciones y otro 21% que se mantuvieron estables. Si tenemos en cuenta que, además, un 73% de encuestados dijo no haber observado ningún incremento en sus recursos para hacer frente a la pandemia. Pareciera que las organizaciones se han adaptado ya a la falta endémica de recursos financieros en el sector. Año tras año, venimos observando cómo se restringe poco a poco el espacio habilitante para las organizaciones especialmente fundada en la disminución de oportunidades de financiamiento. Podemos considerar que este hábito ha sido clave para poderse adaptar a la pandemia y las restricciones que se instalaron para palearla. Otra de las cualidades experimentadas como fortalezas por lxs encuestados es la calidad y el compromiso de los equipos. Son estos los que han podido adaptarse a condiciones adversas. El compromiso social con la causa y visión de las organizaciones fue otro punto destacado. Algunos estudios sugieren que durante la pandemia se desarrolló una tendencia creciente hacia la donación individual y el voluntariado. Estas son tendencias que habrá que esperar para ver si se asientan por sobre lo extraordinario del contexto. El nivel de articulación de la organización también fue ponderado como otra de las fortalezas de las OSC. La promoción de cultura de trabajo en red constituye uno de los pilares de RACI y ha sido el lema de nuestra campaña de fin de año: #ArticularparaFortalecer.

Ahora bien, a pesar de la capacidad de adaptación y las fortalezas encontradas en el sector, el nivel de preocupación en las OSC parece ser extremadamente alto: preocupa el sostenimiento de salarios a corto y mediano plazo, el contexto económico general de la Argentina, la caída de donantes de todo tipo y la posibilidad de no poder continuar dando apoyo a la población objetivo. Sumado a esto, 8 de cada 10 encuestados auspician que el próximo año la situación empeorará para las organizaciones o se mantendrá igual.

 

En síntesis

En suma, las OSC han realizado este año un enorme esfuerzo en condiciones sumamente adversas, y han dejado muy en claro su gran capacidad de adaptación y su compromiso con las comunidades y las causas con las que trabajan. Han mostrado el lugar que ocupan en nuestra sociedad, a pesar de no haber sido tenidas en cuenta en los ámbitos de toma de decisiones y de haber tenido que reclamar por permisos especiales de circulación y por la aplicación de medidas que flexibilicen las exigencias legales y fiscales que se les imponen. Otro tanto ha significado la madurez del sector, que se evidencia en su profesionalismo y su alta valoración de las instancias de articulación – el trabajo en articulación fue ponderado entre los primeros lugares de las fortalezas con el 47% y también ocupa uno de los primeros lugares entre las iniciativas gestadas durante la pandemia. Este es un signo muy positivo de cara a un futuro que se avecina incierto y preocupante.

Lo que debe agregarse es que la Sociedad Civil por sí sola, no puede hacer frente a los estragos de la crisis social y económica. Estas se asientan sobre una Argentina en donde se han ido profundizando la inequidad y la desigualdad, y, como mencionó uno de los encuestados, corremos peligro de hacer estos problemas cada vez más estructurales sino revertimos las tendencias negativas.

Como planteado por la Agenda 2030, hay una multiplicidad de actores que están llamados a jugar un rol preponderante en la transformación de la realidad junto con la Sociedad Civil tales como el Estado, el Sector Privado Local y la Cooperación Internacional.  Esto preocupa, puesto que cuando a principios de este año mostrábamos los resultados obtenidos por el relevamiento realizado a Fundaciones y Empresas que realizan Inversión Social Privada Local  (ISPL) y que cristalizamos en el Directorio de ISPL 2020 (segunda edición); observábamos el serio déficit que hay en materia de diversificación de los apoyos – que se concentran en su mayoría en las donaciones en especie- y de las temáticas apoyadas. Las magnitudes de apoyo ni si quiera pudieron medirse porque no hay información pública disponible para hacerlo: cabe destacar que un 40% de las empresas consultadas no contaban con informes de RSE en sus webs y las que sí los tenían eran de años anteriores, es decir que contenían información desactualizada. En los informes encontrados tampoco había información disponible de montos de apoyo y formas/criterios de adjudicación. Esto implica una seria falta en materia de rendición de cuentas.

En cuánto a la Cooperación Internacional, la región de América Latina sigue ocupando un status intermedio entre las regiones más favorecidas y las más desfavorecidas del mundo, quedando además sujetos a las mediciones realizadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que se renuevan cada 2-3 años. En regiones como la nuestra, donde el principal problema es la desigualdad, son necesarias herramientas alternativas de medición que reflejen mejor las realidades locales. En un estudio reciente llevado a cabo por CIVICUS, se puso en evidencia que la región cuenta con escasos recursos de carácter exclusivo para OSC y que la competencia por recursos también refleja las desigualdades ya mencionadas de la región, puesto que las organizaciones locales deben competir con organismos gubernamentales, con el sector privado, con ONGs internacionales y con organismos internacionales por fondos.

En este complejo escenario, cabe preguntarnos si nuestros interlocutores se mostrarán igual de flexibles y comprometidos; y si estarán dispuestos a ocupar el importante rol que les toca junto a la Sociedad Civil en la misión de no dejar a nadie atrás.

 

Luana Esquenazi

Coordinadora Área de Investigación

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¡Coordinamos un Taller de Diversidad e Inclusión con organizaciones de toda América Latina!

En el mes de noviembre, RACI coordinó un taller virtual de Diversidad e Inclusión (D&I) para los capítulos de Transparency International en América Latina y el Caribe!

El objetivo del taller era trabajar con las organizaciones las dimensiones de la D&I establecidas por DIGNA, con miras a contribuir a crear organizaciones más diversas e inclusivas.  A lo largo de dos encuentros, se trabajó sobre herramientas y conocimientos útiles para poner en marcha un proceso de cambio en la cultura de trabajo de las OSC.

RACI aportó al encuentro la mirada focalizada en el desarrollo institucional, la mirada regional y global y la experticia brindada por la cultura del trabajo en red.  Por un lado, el taller buscaba incrementar las capacidades y los recursos de las organizaciones para perfeccionar las prácticas y políticas en torno a la D&I. Por el otro, seguir fomentando el trabajo en red y el intercambio de recursos e información entre las OSC de diferentes países.

Respecto a la dinámica del taller, se realizaron múltiples actividades grupales y ejercicios de “autoevaluación” por países, con miras a identificar potenciales focos de trabajo de D&I en sus organizaciones.

Para enriquecer la experiencia aún más, durante el segundo día, contamos con la presencia de un panel de expert@s que trabajan diferentes dimensiones de la D&I: Gisela Dohm, Integrante del Área Política e Investigadora senior en Equipo Latinoamericano de Justicia y Género; Andrea Rivas,  Presidenta de Asociación Familias Diversas de Argentina; Lisa Kerner, Directora de Brandon por la igualdad, equidad de derechos y oportunidades Asociación Civil y Cultural.

A modo de conclusión, nos gustaría destacar que se puso el foco en la necesidad de tener una mirada interseccional sobre la realidad, teniendo en cuenta las situaciones de privilegios y opresiones que viven las personas dentro de nuestras sociedades y organizaciones.

Desde RACI estamos muy content@s por los resultados de este encuentro!

Fue posible percibir y constatar, a través de las respuestas del Formulario de Evaluación del Taller, un gran interés de parte de los participantes en la temática de D&I. Nos proponemos seguir profundizando y acompañando a las organizaciones en este proceso de aprendizaje y estamos interesados en crear con los miembros de la red un grupo de trabajo que pueda aportar a la problemática de la D&I en nuestras organizaciones!

Muchas gracias Transparency International por confiar en nosotr@s, al panel de expert@s por su compromiso y a tod@s l@s participantes!

 

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¡Ya fueron asignados los roles del Comité Ejecutivo 2020-2022!

Con mucha alegría, queremos comunicar que, durante la Reunión de Comité de diciembre, se establecieron los roles de los integrantes del Comité Ejecutivo para el periodo 2020-2022.

El Comité se encarga, entre otras cosas, de asistir la implementación del plan de acción anual y desarrollar acciones políticas en línea de la estrategia del mediano y largo plazo, siendo, además, un gran soporte de la Dirección Ejecutiva en el día a día.

El Comité Ejecutivo 2020-2022 se conforma de la siguiente manera:

Daniel Pomerantz, AMIA: Presidente.

Mariela Belski, Amnistía Internacional Argentina: Vice Presidenta.

Natalia Gherardi, Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA): Secretaria. Marisa Giraldez, Fundación Banco de Alimentos:  Tesorera.

Manuel Jaramillo, Fundación Vida Silvestre: Vocal Titular.

Diego Aguilar, Fundación León: Vocal Suplente

Virgilio Gregorini, TECHO: Revisor de cuentas titular

Nicolás Federico, Fundación Reciduca: Revisor de cuentas suplente.

¡Estamos muy contentos con los resultados! Confiamos en el potencial de este gran equipo y esperamos trabajar juntos para seguir creciendo.

¡Gracias por su compromiso con la Red!

 

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FONDO DE EMERGENCIA COVID 19 – AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

FONDO DE EMERGENCIA COVID 19 – AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

BASES Y CONDICIONES

 

Innovation for Change LAC Hub (I4C LAC), con el apoyo de Tides Center, lanza el Fondo de Emergencia COVID-19 para Organizaciones de la Sociedad Civil de Latinoamérica y el Caribe que quieran incrementar su capacidad y resiliencia para operar y defender el espacio cívico.

Considerando el frágil contexto en el que las OSC están funcionando debido a la pandemia por COVID-19, el Fondo de Emergencia COVID-19 brindará valiosos recursos financieros para que las OSC puedan continuar con sus misiones.

Con este fin, RACI, con la colaboración de Jóvenes contra la Violencia (JCV), abre este nuevo llamado a presentar propuestas centradas en los desafíos  que las OSC, tanto locales, nacionales como regionales, de América Latina y el Caribe, están enfrentando a raíz de la crisis del COVID-19 en alguna de las siguientes áreas:

  • acceso a la información;
  • transparencia y rendición de cuentas en los fondos públicos utilizados durante la pandemia;
  • monitoreo de acceso a servicios públicos.

 

El monto máximo que el Fondo ofrecerá para la implementación de cada proyecto es de 5.000 dólares estadounidenses.

Asimismo, los proyectos, contribuirán a proteger el espacio público con iniciativas innovadoras que aborden de manera creativa los desafíos comunitarios enfrentados durante la pandemia por COVID-19. Los proyectos también deberán ser sostenibles y  dejar capacidades instaladas en las OSC.

 

¿Quiénes pueden aplicar?

Únicamente Organizaciones de la Sociedad Civil sin fines de lucro de América Latina y el Caribe pueden aplicar al Fondo de Emergencia COVID-19. El Programa no aceptará propuestas de individuos, empresas o gobiernos.

 

¿Cuál es el plazo de implementación y cuántos fondos se podrían aplicar?

Los Proyectos no deberán extenderse por más de 4 (cuatro) meses y deberán culminar antes del 1 de junio de 2021.  El Fondo proveerá hasta un máximo de 5.000 dólares estadounidenses por proyecto. Se aceptará solo una propuesta por OSC.

Las OSC seleccionadas deberán presentar un informe de progreso de mitad de período y un informe final al culminar el proyecto. La provisión de fondos estará sujeta a la aprobación de estos informes.

 

¿Qué actividades no serán financiadas?

  • Viajes y alojamiento.
  • Actividades políticas o de proselitismo.

 

Procedimiento para la solicitud de fondos

RACI será responsable de recibir y evaluar las solicitudes. Para aplicar, las Organizaciones deberán seguir los pasos que se indican a continuación:

1- Descargar y completar la solicitud de la postulación: “Formulario 01 Fondo de Emergencia COVID-19

2- Adjuntar el “Formulario 01 Fondo de Emergencia COVID-19” en el siguiente formulario de Google:  https://forms.gle/Fm4ejqBS8FVgATvo6 y completar con la información restante.

 

La fecha límite para enviar la solicitud es el 11 de diciembre de 2020, a las 18 horas (hora de Argentina). Los proyectos recibidos luego de esta fecha y hora no serán considerados.

Si tienes alguna consulta adicional, por favor escríbenos a fondoemergenciaalc@raci.org.ar.

 

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Naciones Unidas Argentina y el Gobierno Argentino firmaron el marco estratégico de cooperación para los años 2021-2025

En el mes de noviembre, el ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Solá, se reunió con Roberto Valent, actual Coordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas (SNU) con el objetivo de firmar el Marco Estratégico de Cooperación para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (MECNUD) 2021-2025. Este instrumento representa una gran oportunidad para el país, en tanto manifiesta el apoyo del SNU en el cumplimiento de la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Este es el tercer Marco Estratégico de Cooperación entre el Sistema de Naciones Unidas y la República Argentina, y es el resultado de un ejercicio de análisis y planificación colaborativo con distintos sectores: diferentes contrapartes de gobierno,  sociedad civil, academia y sector privado, en el que RACI y sus organizaciones miembro, como representantes del tercer sector, tuvieron la oportunidad de contribuir, facilitando un espacio de diálogo e intercambio.

El MECNUD se enfoca en “cuatro dimensiones principales: Económica, Social, Ambiental y de Gobernanza, y seis áreas transversales: Enfoque de Derechos Humanos, Enfoque de Género, No dejar a nadie atrás, Territorio, Sostenibilidad ambiental y el impacto del COVID-19.”

Como se mencionó, este acuerdo representa un gran paso para el fortalecimiento de la cooperación internacional. En palabras de Roberto Valent, “consideramos que servirá para apoyar a las soluciones y respuestas del país en los ámbitos económicos, sociales y ambientales”.

Para mayor información, visitar: http://www.onu.org.ar/naciones-unidas-argentina-y-el-gobierno-argentino-firmaron-el-marco-estrategico-de-cooperacion-para-los-anos-2021-2025/.

 

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¡Participá para transformar los sistemas de financiación!

Desde RACI, queremos invitarlos a contribuir a un importante análisis regional que estamos impulsando junto a la Alianza Global CIVICUS y la empresa social Innpactia. Este busca evaluar la eficiencia del sistema de financiamiento de la sociedad civil en América Latina.

En el difícil contexto que nos toca atravesar, nos parece muy importante y urgente poner en evidencia los grandes obstáculos y altos costos que las organizaciones de la región enfrentan para acceder a recursos y, a la vez, poder ofrecer a la comunidad donante posibles recomendaciones para que los recursos disponibles sean más accesibles, sin que el sector tenga que incurrir en gastos desproporcionados y no esenciales para su función social.

Los datos que están siendo recopilados son de primera mano, de una muestra diversa y representativa de organizaciones en la región.

Los animamos a participar respondiendo a la siguiente encuesta:Transformar los sistemas de financiación. ¡No les tomará más de 15 minutos!

Toda la información recolectada dentro de la investigación será tratada con el mayor grado de confidencialidad y no se compartirá ningún dato sensible bajo ninguna circunstancia.

La encuesta quedará abierta hasta el día 20 de diciembre del 2020. ¡Nos alegraría mucho contar con su participación!