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Nuestros Miembros: Fundación Aikén

La Fundación Aikén es la única ONG en Argentina dedicada al acompañamiento psicológico de niños, niñas y adolescentes en duelo. Trabaja principalmente con dispositivos grupales, acompañando también a los adultos responsables, a jóvenes en duelo y a padres/madres en duelo por la muerte de sus hijos.

La Fundación también brinda consultorías, capacitaciones y talleres para las organizaciones que lo necesiten (escuelas, instituciones de salud, empresas, organismos del estado y otras ONGs). Su motor es que trabajar con el tema de la muerte, es trabajar para la vida.

La pandemia y las medidas de aislamiento han obligado a replantear su funcionamiento. Han adaptado íntegramente el funcionamiento de estos grupos de duelo a formato virtual. En este marco se tuvo que posponer uno de los proyectos más valiosos del 2020: las Primeras Jornadas Argentinas sobre Duelo, que se realizarán en marzo de 2021.

Esta postergación y el contexto en el que se da, les ha dado la posibilidad y ha mostrado la necesidad de preparar un CICLO DE ENCUENTROS VIRTUALES en torno al tema duelo, donde profesionales destacados en distintas áreas relacionadas con la temática comparten su visión y experiencia.

Los invitamos a sumarse a este espacio que se ha constituido en un valioso encuentro para el conocimiento, el intercambio y la reflexión sobre temas que resultan para todos y todas -de alguna forma- cercanos.

Para más información visitar https://www.fundacionaiken.org.ar/primeras-jornadas-argentinas-sobre-duelo/ o escribir a jornadasduelo2021@fundacionaiken.org.ar.

 

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Abrió el Fondo de la Embajada de Nueva Zelandia en México

Propósito

El Fondo de la Embajada de Nueva Zelandia en México es un programa que permite apoyar de manera flexible a proyectos que contribuyen manifiesta y directamente a la eliminación de la pobreza, y que tienen un alto impacto en el desarrollo socioeconómico comunitario.

Los proyectos deben estar en línea con la misión del Fondo Embajada de Nueva Zelandia que busca “el desarrollo sustentable en países en desarrollo, con el propósito de reducir la pobreza y contribuir a un mundo más seguro, equitativo y próspero”.

Para su convocatoria 2020-2021, la Embajada de Nueva Zelandia invita a organizaciones no gubernamentales y grupos comunitarios a presentar proyectos en las áreas de:

  • Educación (particularmente de niñas y mujeres)
  • Cambio climático y resiliencia
  • Seguridad alimentaria
  • Asistencia en caso de desastres
  • Desarrollo de comunidades (particularmente comunidades indígenas  y rurales)
  • Desarrollo sostenible agropecuario
  • Cuestiones sociales y/o de salud relacionadas o derivadas de la pandemia del COVID-19.

Es fundamental que los proyectos sean sustentables y que los beneficiarios se involucren en la ejecución y mantenimiento del mismo.

La convocatoria está abierta para organizaciones en México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, República Dominicana y Cuba.

Solicitantes

Los receptores serán organizaciones no gubernamentales y grupos comunitarios comprometidos con actividades de desarrollo sin fines de lucro. La asistencia no será proporcionada a individuos.

 Duración del apoyo

Los proyectos deben ser específicos y de una duración de hasta 6 meses.

Actividades NO financiables

  • Actividades políticas, religiosas o evangélicas. No se excluirá a asociaciones religiosas siempre y cuando el proyecto propuesto sea consistente con el propósito del Fondo Embajada de Nueva Zelandia, no excluya a seguidores de otras religiones y los fondos no sean utilizados para apoyar actividades proselitistas.
  • Visitas a sitios
  • Donaciones no solicitadas
  • Becas individuales a estudiantes
  • Viajes internacionales/participación en conferencias en el extranjero
  • Giras deportivas
  • Financiamiento de costos operacionales de la organización beneficiada, tales como sueldos y salarios, artículos de oficina y comunicaciones.

El monto máximo por proyecto será de hasta NZD $20,000 o su equivalente en moneda local.

Los proyectos seleccionados deberán completar un informe de avance y un informe final.

Los desembolsos se realizarán en 3 (tres) pagos, de acuerdo con la tabla a continuación:

 

1er desembolso 60%
2do desembolso 30% (contra entrega de informe de avance)
3er desembolso 10% (contra entrega del informe final)

 

Los encargados de los proyectos aceptados deberán comprometerse a confirmar que han recibido los bienes y/o servicios solicitados y que los mismos fueron utilizados según lo establecido en el formulario de solicitud. Todos los proyectos financiados deben estar disponibles para ser monitoreados mediante visitas de miembros de la Embajada de Nueva Zelandia.

Proceso de Postulación

La Red Argentina para la Cooperación Internacional (RACI) será la encargada de recibir las postulaciones. Se deberá enviar el Formulario de Aplicación debidamente cumplimentado al correo electrónico fondoembajadaNZMexico@raci.org.ar antes de la fecha límite.

Todas las postulaciones deben ser presentadas de la siguiente forma:

  • Escritas con claridad en el formulario de solicitud; Se puede adjuntar información adicional.
  • Acompañada por presupuestos, órdenes de compra de proveedores de bienes y servicios en los casos que sea necesario.
  • El formulario debe estar firmado por un miembro responsable de la organización que se postula.
  • Enviarlo vía correo electrónico a: fondoembajadaNZMexico@raci.org.ar
  • Aquellas solicitudes enviadas con posterioridad a la fecha límite, quedarán fuera del proceso de selección. Se recibirá sólo un proyecto por organización.

La fecha límite para enviar los proyectos es el viernes 23 de octubre, 6.00 PM (hora Ciudad de México).

Para mayor información, ponerse en contacto con:

Encargado Fondo Embajada de Nueva Zelandia

Correo electrónico: fondoembajadaNZMexico@raci.org.ar

DESCARGUE AQUÍ EL FORMULARIO DE APLICACIÓN

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Ya está disponible el Informe sobre el Estado de la Sociedad Civil 2020

Este año, CIVICUS publicó la novena edición del Informe sobre el Estado de la Sociedad Civil, que realiza anualmente desde 2012. El informe analiza el modo en que los acontecimientos y las tendencias en curso afectan a la Sociedad Civil y cómo ésta última responde a los principales problemas y desafíos del momento.

El 2019, a pesar de traer consigo enormes problemas políticos, económicos y sociales, fue un año en que la acción cívica logró tener un impacto significativo mediante la promoción de cambios progresistas, el reclamo de derechos cívicos y libertades democráticas, políticas económicas más justas y mayor igualdad, la acción en torno a la crisis climática y el impulso de la reforma del sistema internacional. Entre las tácticas que tuvieron éxito se encuentran: la desobediencia civil no violenta, las campañas y labores de incidencia de la Sociedad Civil, el uso creativo de las redes sociales y el trabajo en tribunales y parlamentos.

Una gran ola de protestas estalló en todos los rincones del mundo. Muchas fueron de carácter apartidario; apuntaron contra los gobiernos y líderes en el poder a lo largo de todo el espectro político, y les exigieron que hicieran mayores esfuerzos para satisfacer las necesidades de sus ciudadanos.

Una y otra vez en 2019, la población demostró que quería más y mejor democracia. En varios países donde se han negado las libertades democráticas o las elecciones no han sido libres y justas, las personas salieron a las calles para exigir que sus voces sean escuchadas y sus derechos respetados.

Los esfuerzos para avanzar en la igualdad y desafiar al patriarcado son parte de una imagen más amplia del progreso. La Sociedad Civil trabajó para apoyar a los activistas y exigir los derechos de las mujeres y personas del colectivo LGBTQI +, ofreciendo respuestas interseccionales a las múltiples y superpuestas capas de exclusión que niegan sus derechos. En 2019 ocurrieron una serie de hitos en los que las mujeres lograron visibilidad en varios campos. Las líderes políticas lograron avances modelando diferentes estilos de liderazgo y desafiando la política convencional. Las victorias se lograron a través de combinaciones de acción callejera masiva para exigir visibilidad y reclamar espacios, y años de defensa y acción legal emprendida por la Sociedad Civil. Junto con la participación y el liderazgo en la política institucional, las mujeres estuvieron en primera línea en muchos de los grandes movimientos de protesta que exigieron libertades democráticas y un cambio económico. Un ejemplo es Chile, donde las mujeres presionaron para poner el foco en la paridad de género durante los procesos constitucionales, y también Brasil, donde decenas de miles de mujeres salieron a las calles para denunciar las políticas misóginas y racistas y las que atentaban contra los pueblos indígenas, incluida la intención del gobierno de abrir el territorio indígena a la minería.

En 2019, la injusticia económica fue uno de los principales motores de la acción colectiva. Uno de los aspectos más llamativos de las protestas fue que tuvieron desencadenantes similares: un cambio relativamente pequeño en una política económica o social del gobierno produjo una enorme y enojada respuesta debido al impacto que generó en las personas que ya eran pobres o excluidas, aumentando considerablemente su sensación de inseguridad. Muchas de estas protestas dejaron al descubierto profundas fracturas subyacentes en los sistemas económicos y políticos, y condensaron años de descontento creciente.

En todo el mundo, el movimiento de huelga escolar liderado por jóvenes, así como innumerables movimientos ambientales e indígenas exigieron a los tomadores de decisiones que reconocieran y prestaran atención a la magnitud de la emergencia climática y tomaran medidas para evitar sus peores impactos antes de que fuera demasiado tarde. Una característica destacada de 2019 es el rol central de los jóvenes en los movimientos de promoción del cambio. En contradicción con los estereotipos, encarnaron la voz de la razón, adoptaron el discurso científico y rechazaron la desinformación. Está surgiendo una nueva generación de ciudadanos y ciudadanas que muestra que el poder puede nacer a partir del activismo personal, el compromiso creativo y la coordinación descentralizada.

En 2020, buena parte de la labor cotidiana de la Sociedad Civil se tornó mucho más difícil. Sin embargo, si bien la pandemia está generando profundos impactos, ninguno de los problemas que pone en evidencia es nuevo. La Sociedad Civil continuará movilizándose en torno de los temas claves planteados durante 2019, en respuesta a la pandemia y también luego de que la crisis inmediata haya quedado atrás. En este contexto, el rol de la Sociedad Civil es más vital que nunca. Las OSC, siempre en la primera línea de la respuesta a las crisis, brindaron atención médica, alimentos, refugio y otros bienes básicos a quienes los necesitaran.

De cara al futuro, debemos promover nuevas estrategias para combatir la desinformación y nuevos modelos de liderazgo inclusivo y responsable. A la hora de impulsar la recuperación, será clave tanto reequilibrar el poder y construir lazos de solidaridad entre empleadores y trabajadores, acreedores y deudores, y propietarios e inquilinos, como adoptar un enfoque de derechos humanos y llegar primero a los más desfavorecidos. Debe priorizarse la protección de la biodiversidad, la recuperación ecológica, sobre la base de nuevas propuestas verdes para promover la producción, el consumo y el empleo sostenibles. Las respuestas a la pandemia deben fortalecer y preservar la autonomía de las instituciones internacionales. La Sociedad Civil debe ser involucrada en las discusiones sobre cómo deberían cambiar las instituciones globales y debe permitírsele desempeñar adecuadamente su rol de control. Debemos defender el rol de la Sociedad Civil en la reconstrucción.

Necesitamos una Sociedad Civil dotada de los recursos adecuados, densamente conectada en redes y centrada en la solidaridad mutua más que en la competencia. Podemos y debemos desempeñar plenamente nuestro rol para garantizar una recuperación que no pretenda volver a la normalidad anterior, sino dar un salto adelante, hacia una alternativa mejor.

Para acceder al informe completo, visitar: https://www.civicus.org/index.php/state-of-civil-society-report-2020.

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A 75 años de la ONU: Resignificando el multilateralismo

En conjunto con ONU Argentina, el 18 de junio hemos llevado a cabo el evento virtual “La Sociedad Civil de cara al nuevo escenario mundial post COVID- 19” con el objetivo de proponer un espacio de diálogo para pensar sobre el futuro de nuestro sector. En el marco de los 75 años de la creación de la ONU, invitamos a resignificar el multilateralismo. Para esto, nos acompañaron grandes panelistas internacionales y locales: Clara Bosco (CIVICUS), Francisco de Santibañes (CARI), Mercedes Korin (Modo Delta) y Gerardo Torres (Meridian International).

En este contexto de incertidumbre, producto de la pandemia y el surgimiento de nuevas tendencias y cambios estructurales en el sistema internacional, los expertos remarcan la necesidad de una Sociedad Civil fuerte. Es sumamente importante robustecer e impulsar alianzas y fomentar el diálogo. En este contexto, Francisco de Santibañes aseguró que “hay que trabajar para un multilateralismo más ágil, más realista y más cercano a la Sociedad Civil”.

Las OSC necesitamos reorganizarnos y adaptarnos al escenario actual, sin embargo, deberíamos preguntarnos: ¿cuál es el futuro que queremos?, ¿cuáles son nuestras prioridades? Sin delimitar los ejes preeminentes de acción, no podremos impulsar el cambio que deseamos para el nuevo paradigma post COVID. Algunos de los ejes plantados fueron priorizar las necesidades de los más excluidos, reformar los organismos multilaterales para que den espacio a nuevas voces y reclamar la apertura del entorno habilitante para una Sociedad Civil sin restricciones y resiliente. Clara Bosco (2020) manifestó que “la pandemia evidencia nuestra interdependencia y la necesidad de mayor cooperación, compartiendo recursos, innovación, tecnología y competencias”.

A continuación, Gerardo Torres esbozó algunos puntos positivos en relación al rol de la innovación durante la crisis. Por un lado, la acción cívica creció alrededor de temáticas que las Organizaciones de la Sociedad Civil vienen trabajando hace tiempo, demostrando que, si los intereses de las OSC se alinean con los de la ciudadanía, las personas están dispuestas a colaborar. Luego agregó: “veo cinco oportunidades bien marcadas de temas en el escenario post pandemia en América Latina: repensar el nuevo contrato social, la educación, el acceso a la tecnología, la inclusión financiera y el derecho a la propiedad”. Por último, cuestionando las viejas narrativas sobre el “éxito” y el “impacto”, Gerardo Torres propuso una nueva figura: el líder que piensa en el otro.

“El mundo va a necesitar más que nunca que todos pensemos desde el bien común” declaró Mercedes Korin, también invitando a “amigarse” con la incertidumbre, a poner en duda nuestras certezas y no buscar respuestas, sino nuevas preguntas, ya que son estas las que abren el juego a construir con otros.

De este modo, el evento giró en torno a una conversación que analizó desde el contexto internacional y a nivel institucional, hasta la experiencia individual frente a la crisis, pasando por el rol de la Sociedad Civil y de la innovación para superar las adversidades que el 2020 ha traido.

Agradecemos especialmente a ONU Argentina y a nuestros cuatro panelistas por haber participado. Para ver el evento completo, visitar: https://www.youtube.com/watch?v=5hPDHLFHTLs&t=5s.

 

 

 

 

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Repensar el voluntariado en tiempos de coronavirus

A pesar del aislamiento social ocasionado por el coronavirus, nuevas formas de solidaridad han surgido para enfrentar la pandemia y sus consecuencias, con millones de personas a través del mundo encontrando maneras innovadoras de movilizarse para ayudar a los demás.

Las organizaciones internacionales de cooperación voluntaria también tuvieron que adaptarse e imaginar nuevas formas de cooperación. Muchas organizaciones tuvieron que repatriar miles de voluntarios, en un esfuerzo logístico sin precedentes. El coronavirus plantea retos concretos, que implican una reflexión sobre el modelo actual de voluntariado.

Esta reflexión es aún mas necesaria por el hecho de que los voluntarios poseen atributos únicos para ser actores claves de la reconstrucción económica y social pos-COVID-19. Mediante su trabajo sobre el terreno, actúan como un vínculo fuerte entre las comunidades, las organizaciones y los gobiernos, construyendo relaciones de confianza y aportando conocimientos esenciales sobre las realidades y las necesidades locales. El voluntariado es, además, un modelo flexible y adaptable que ha demostrado generar grandes aportes en todo tipo de programas.

Dos ejes de adaptación se han desarrollado para seguir colaborando en este contexto excepcional. Por un lado, los voluntarios repatriados o que no pudieron viajar encuentran nuevas maneras de movilizarse y de tener un impacto en línea y a través de varias plataformas virtuales. Por otro lado, se fortalece el apoyo a los actores y los voluntarios locales para mantener en marcha los programas sobre el terreno.

Otro reto que se plantea en el futuro cercano es el de la vuelta de los voluntarios al terreno. Para asegurar una transición exitosa, las organizaciones deben cooperar y comunicar entre ellas sobre los riesgos así como las medidas y las restricciones que se aplican.

Igual que en otros sectores, una nueva normalidad se perfila para el voluntariado y la cooperación internacional. Este tiempo de adaptación y de reflexión es una oportunidad para pensar nuevos modelos de participación que podrán tener un impacto duradero.

Para mayor información, visitar : https://www.devex.com/news/opinion-the-future-of-volunteering-in-the-coronavirus-era-97194.

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Capacidades colectivas para la Década de Acción: Implementación de los ODS en el Sur Global

Habiendo transcurrido los primeros cinco años de la implementación de la Agenda 2030, es momento de traer de vuelta a la mesa preguntas y respuestas sobre lo que realmente se necesita para que los países del Sur Global logren el cumplimiento de los ODS mientras llevan a cabo sus propias prioridades de desarrollo. El último estudio de Southern Voice y FUSADES sobre el proceso de implementación de los ODS en América Latina y el informe de Marcela Morales, Estefanía Charvet y Andrea Ordóñez, también de Southern Voice, ofrecen varios ejes de reflexión para pensar la década decisiva que empieza.

El progreso reciente ha demostrado que ya no es suficiente desarrollar capacidades individuales si no se combinan con estructuras de apoyo. Por mucho tiempo, el desarrollo se ha equiparado a la satisfacción de necesidades individuales, y como resultado de eso, muchas políticas y programas fueron pensados y llevados a cabo con el mismo enfoque. Actualmente, lo que se requiere es una mejor interacción entre las capacidades individuales y colectivas, entendiendo a esta última como las oportunidades reales disponibles para un grupo, comunidad o país.

A medida que comenzamos la década más crítica para la implementación de los ODS, es imperativo transformar el marco de la Agenda 2030 de una lista de objetivos y metas desconectados a un plan de acción más holístico. Pero incluso una política nacional bien integrada y coherente no es suficiente para lograrlo; se requiere una perspectiva global. El enfoque de desarrollo integrado y la ambición de la Agenda 2030 requiere el fortalecimiento o la creación de alianzas entre los gobiernos, los diferentes sectores de la sociedad y la cooperación internacional. Esto se reconoce como parte del ODS 17, que subraya la necesidad de fomentar la participación y las asociaciones que involucren a los sectores público y privado, la sociedad civil y otras partes interesadas a nivel local, nacional, regional y global.  Para América Latina, la naturaleza integrada de la Agenda 2030 proporciona un marco particularmente relevante para abordar los enfoques multidimensionales necesarios para romper las trampas de desarrollo, que impiden que los países de ingresos medios avancen a niveles más altos de desarrollo, y convertirlas en oportunidades para lograrlo.

La producción de indicadores y el monitoreo y seguimiento de los objetivos priorizados son críticos para asegurar que las estrategias alcancen los resultados esperados. También es un mecanismo para implementar el principio de “No dejar a nadie atrás”. Mediante el uso de datos, los países pueden identificar aquellos que necesitan más atención. Por lo tanto, un propósito fundamental de la recopilación de datos para el monitoreo y la evaluación es garantizar la rendición de cuentas y la formulación de políticas basadas en evidencia para lograr la Agenda 2030. América Latina enfrenta el desafío de fortalecer los sistemas de datos e información para mejorar el acceso a fuentes de datos cuantitativos y cualitativos sobre los objetivos e indicadores de los ODS. También es importante detectar qué datos se deben recopilar y cómo se pueden analizar para comprender las necesidades y expectativas de cada grupo.

En las últimas dos décadas, la pobreza y la desigualdad en América Latina han disminuido. Como resultado, la clase media ha crecido en tamaño, pero con un mayor ingreso, también vienen mayores expectativas. La gente exige mejores políticas públicas, servicios e instituciones, y estos no siempre pueden responder. Los ciudadanos perciben una desconexión entre sus necesidades y las respuestas del gobierno. Además, numerosos casos de corrupción alimentan el descontento popular, lo que disminuye, aún más, la confianza en las instituciones. Es por eso que la Agenda 2030 es tan importante para América Latina, esta se enfoca simultáneamente en las tres dimensiones del desarrollo sostenible (económico, social y ambiental).

En resumen, los investigadores plantean la necesidad de una transformación estructural en la forma de abordar los problemas relacionados con el desarrollo de los países del Sur Global, a través de una perspectiva integradora, enfocada en el desarrollo de las capacidades colectivas, que permita construir políticas de largo plazo que apoyen las transformaciones necesarias para lograr la Agenda 2030.

Para mayor información, visitar http://southernvoice.org/wp-content/uploads/2020/01/200122-Summary-LATAM-FINAL.pdf y http://southernvoice.org/wp-content/uploads/2020/03/Collective-Capabilities.pdf.

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Pensando el futuro de la Sociedad Civil ante el impacto de la pandemia: entrevista a Darren Ward

Desde RACI tuvimos la oportunidad de entrevistar a Darren Ward, cofundador y socio gerente del Direct Impact Group, una consultora internacional independiente, especializada en crear y generar el cambio necesario para maximizar el impacto social. Conversamos acerca de su visión sobre el futuro de la Sociedad Civil ante el impacto de la pandemia.

RACI: En pos de reflexionar sobre la importancia de la planificación estratégica a largo plazo para las Organizaciones de la Sociedad Civil … Frente a estas situaciones inesperadas, como lo es una pandemia, vemos que es importante estar preparados para diferentes escenarios. ¿En este contexto, cómo encontramos el equilibrio entre lo inmediato y lo estratégico?

Darren Ward: La realidad es que no sabemos cómo se desarrollará esta pandemia. Sí sabemos que habrá problemas económicos y de salud, pero qué tan mal se pondrán o si vendrá una segunda ola mundial de nuevos brotes, no lo sabemos. Entonces, la planificación del escenario alrededor de este caso, el caso probable, está pensado para que la organización pueda responder si sucediese el peor de los casos. Las organizaciones, a la hora de administrar sus finanzas, deben buscar a dónde están teniendo el mayor impacto y pensar qué efecto tendría un recorte en el futuro. También hay que saber qué programas de los que se están ejecutando tienen el mayor impacto y mantenerlos activos, haciendo los recortes en aquellos que no lo tienen tanto. He visto a las organizaciones tener inconvenientes con la inversión en sus relaciones con los donantes, y tal vez es un momento difícil ya que el nivel de financiamiento ha bajado drásticamente, pero si mantienen las conversaciones y las relaciones sólidas con los donantes, entonces van a estar en una mejor posición cuando las cosas eventualmente cambien, lo que también es una prioridad para sus donantes.

RACI: Ha hablado sobre cómo las organizaciones pueden maximizar su impacto social. Desde RACI trabajamos para promover una cultura colaborativa y articulamos entre nuestras organizaciones, el gobierno y el sector privado. ¿Cree que esto enriquece el impacto que las organizaciones pueden tener en tiempos de crisis?

DW: Tener a alguien que está haciendo eso es realmente importante. Se han incrementado las colaboraciones dentro de las OSC que trabajan juntas, pero también en todos los sectores. Creo que, si las organizaciones quieren tener un mayor impacto, tendrán que analizar todo el ecosistema en el que trabajan y pensar a dónde encaja su trabajo dentro de la comunidad, buscando otros socios para trabajar y crear realmente un impacto continuo. Las organizaciones tendrán que estar mucho más abiertas a la asociación, una de las claves para salir de esta crisis.

RACI: ¿Qué piensa sobre el papel de los donantes en la crisis? ¿Cree que han actuado de acuerdo a esta?

DW: Muchos lo han hecho, otros no. Pero, en general, lo que escuchamos internacionalmente es que los donantes, ya sean gubernamentales o fundaciones filantrópicas, han habilitado a las organizaciones a que tomen la financiación que originalmente había sido destinada para un proyecto en particular y la utilicen para mantener su organización en marcha y continuar teniendo el mayor impacto posible. Esa libertad de financiación ha sido realmente útil. Las organizaciones deben tener muy claro el impacto que están teniendo y comunicarlo de manera transparente también a los donantes, para mantener la confianza.

RACI: Hoy en día, muchas organizaciones filantrópicas y OSC están cubriendo algunos trabajos tradicionalmente realizados por los gobiernos. ¿Crees que, a largo plazo, algunos roles se modificarán permanentemente?

DW: Posiblemente. Depende de a dónde esté yendo la economía. En muchos países vemos que las OSC están desempeñando el papel de gobierno desde hace mucho tiempo, y no vemos que haya cambiado. Eso ocurre porque no hay una infraestructura estatal que permita financiar esos programas. Se está construyendo, pero es lento. En los mercados emergentes, habrá una presión real sobre la financiación de los gobiernos y las OSC tendrán que intervenir y retomar eso. En algunos casos, la mejora de la atención médica o la educación ha llegado con las OSC del sector privado que se involucraron y construyeron una infraestructura para proporcionar servicios de bajo costo, accesibles para la población. En las economías más desarrolladas, creo que veremos un reemplazo de los servicios a corto plazo, tal vez por parte de las OSC, pero serán los gobiernos los que lo aceleren a largo plazo.

RACI: Pensando sobre el futuro y las lecciones que hemos aprendido, ¿qué pueden llevarse las organizaciones de esta situación?

DW: Creo que hay algunas lecciones. Hemos aprendido que la planificación de la continuidad de la organización es importante y que no se puede dar por sentado ninguna tensión financiera. Debemos pensar en cómo diversificar las fuentes de ingresos, cómo podemos protegerlos de los ciclos bajos tanto como sea posible y qué haríamos si se reduce significativamente una o todas las fuentes de ingresos. Hemos aprendido que podemos trabajar con mucha menos infraestructura a nuestro alrededor, desde casa, virtualmente, sin necesidad de subirse a un avión constantemente. En fin, hemos aprendido que podemos hacer las cosas de manera diferente y creo que cambiará nuestra forma de trabajar. Se acelerará la tendencia de la localización de los programas, es decir de programas que se desarrollen en la comunidad, para la comunidad, para cumplir sus necesidades y luchar por esta. Creo que ahora tenemos que confiar en las organizaciones locales, porque son las que están en el terreno, y asociarnos con ellas como iguales en lugar de imponerles ideales.

 

Para conocer más sobre el trabajo del Direct Impact Group, visitar https://www.direct-impact-group.com/.

 

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Nuestros Miembros: Fundación Vida Silvestre Argentina presenta #NosQuedamosEnCasa

En este momento en el que la salud es lo más importante, Vida Silvestre desarrolló su portal #NosQuedamosEnCasa, con contenidos y actividades gratuitas para seguir en contacto con la naturaleza, pero sin salir de tu casa.

El portal ofrece opciones para todas las edades, actividades para los más chicos, documentales, propuestas para conocer la naturaleza que nos rodea en nuestros hogares, contenidos para leer, videos y 12 webinarios sobre diferentes temáticas que hasta el momento fueron presentados.

El objetivo es brindar diferentes materiales para seguir conociendo y aprendiendo sobre las cuestiones ambientales, en un contexto que nos desafía a encontrar otras maneras de vincularnos con la naturaleza. Ingresando en www.vidasilvestre.org.ar/nosquedamosencasa podés encontrar todas estas propuestas y elegir las que más te gusten, agrupadas por temáticas de acuerdo a los contenidos.

Para los más chicos vas a encontrar actividades de educación ambiental pensadas para los diferentes niveles educativos; un libro para colorear y conocer mucho más sobre los animales que viven en nuestros bosques chaqueños; un yaguareté para armar que creamos junto al estudio Guardabosques para desafiar la creatividad y la invitación a participar del concurso de cortos ambientales “A cuidar nuestro mundo”, que organizamos en el marco del Festival Internacional de Cine de Puerto Madryn (MAFICI), que convoca a chicos de 6 a 18 años a realizar videos sobre temáticas ambientales.

En la sección Documentales podés acceder a “Yaguareté, la última frontera”, narrado por Ricardo Darín, que busca explicar la problemática que enfrenta el mayor felino del continente en nuestro país realizado por Jumará Films. Además, tenés la posibilidad de ver “Chaco Gualamba, la última oportunidad”, un documental de Marcelo Viñas producido por Timbó Films y Vida Silvestre sobre la problemática de la deforestación en el Gran Chaco Argentino y sus impactos ambientales, sociales y económicos.  Por otra parte, están liberados los contenidos de “Nuestro Planeta – Our Planet” la serie de naturaleza de Netflix y WWF producida por Silverback Films. Sus 8 capítulos ahora pueden verse completos por YouTube de manera gratuita y con subtítulos en español para disfrutar de la locución de Sir David Attenborough.

Como la naturaleza también podés disfrutarla desde tu casa, en la sección Naturaleza en casa te invitamos a que empieces a usar ArgentINat y te sumes el proyecto para registrar la biodiversidad que te rodea, desde tu balcón, patio o terraza; vas a poder revivir también los webinarios sobre temáticas ambientales que Vida Silvestre realiza y conocer los próximos para poder participar en vivo. Por último, también te invitamos a recorrer las reservas que Vida Silvestre posee: Uruguaí, en Misiones, y San Pablo de Valdés, en la Península de Valdés.

El portal también cuenta con una sección dedicada a contenidos especiales vinculados a la relación entre la naturaleza y las personas, donde podrán encontrar una columna de opinión de Manuel Jaramillo, Director General de Vida Silvestre, en donde reflexiona sobre el mundo que se viene después de la pandemia; un informe de la Organización Mundial de Conservación (WWF) que analiza el vínculo entre la Naturaleza y las Pandemias, y la edición especial de La Hora del Planeta 2020 en casa, por primera vez en su historia, con la posibilidad de revivir el recital que brindó Loli Molina en exclusiva para esta oportunidad.

De esta manera Vida Silvestre busca acercar, en el marco del Aislamiento Social Preventivo Obligatorio, una ventana de oportunidades digitales para incentivar la curiosidad y aprender sobre el único hogar que tenemos.

Conocé más en vidasilvestre.org.ar.

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Qué nos dice la crisis del COVID-19 sobre el futuro de la filantropía

La crisis actual generada por la pandemia del coronavirus ha revelado grandes desigualdades estructurales e interdependencia en la sociedad y, al mismo tiempo, permite analizar cómo esas tensiones se expresan en el sector filantrópico.

Dicha crisis podría proporcionar una oportunidad de aumentar el reconocimiento de la filantropía como un actor clave y como socio complementario para los gobiernos que atraviesan la crisis. Sin embargo, esto no será posible si el sector mantiene una actitud conservadora sobre las formas de financiamiento. Es necesario que el sector filantrópico y  se acerque más a sus beneficiarios y escuche más sus necesidades, para poder adaptar sus modos de acción en torno a éstas, así como brindar subvenciones más flexibles.

El avance del COVID-19 alrededor del mundo ha forzado a muchos gobiernos a implementar políticas de cuarentena obligatoria y aislamiento preventivo. Como consecuencia, una enorme proporción de todas las actividades humanas se ha detenido, generando una sensación de incertidumbre, y ejerciendo presión sobre la economía global. Entre los muchos desafíos que presenta el contexto actual al desarrollo sostenible, uno de gran importancia es el de adaptar las acciones filantrópicas a las circunstancias actuales.

En un principio, el sector filantrópico reaccionó de forma correcta a la crisis. Muchos financiadores adaptaron sus marcos de acción y  flexibilizaron sus acuerdos de subvención. También lanzaron fondos especiales de emergencia, transformaron las subvenciones de proyectos en fondos básicos y alentaron a otros financiadores a hacer lo mismo. Éstos son indicadores de que el sector filantrópico está abierto a construir nuevas relaciones con sus beneficiarios, así como está generando confianza entre ellos. Sin embargo, la crisis puso también en evidencia algunos puntos débiles del sector filantrópico. Esto revela dos cuestiones importantes.

En primer lugar, existe, entonces, una necesidad urgente de reducir los niveles de desconfianza en el sector filantrópico, ya que limitan su efectividad, legitimidad y sustentabilidad. Para generar confianza es necesario crear una visión mediante la cual se puedan construir relaciones y compromisos. La crisis actual demanda más mediación, transparencia y rendición de cuentas mutua y sería beneficioso que gran parte de la flexibilidad y apertura que está mostrando el sector filantrópico como respuesta a la crisis se mantengan como nuevas normas, incluso al término de ésta. De esta forma, se podrían fundar asociaciones a largo plazo y aplicar enfoques participativos de concesión de subvenciones.

Por el otro lado, es necesario que el sector genere y comparta narrativas sobre el rol que juega en la sociedad, así como adoptar normas de mayor transparencia y democratización. Es preciso que la filantropía pueda desvincularse del mito sobre su asociación con las personas de altos recursos y pueda mostrarse como un campo de naturaleza diversa cuyas formas más prominentes y significativas son las donaciones individuales y las colaboraciones locales. Por lo tanto, esto requerirá una inversión reflexiva  en la infraestructura de donación. También serán necesarias más colaboraciones y conexiones entre las redes y organizaciones de apoyo que representan y apoyan a ambos lados del espectro.

Para que el sector filantrópico pueda ser más eficiente frente a la crisis, e incluso luego de ésta, es necesario considerar adoptar las medidas descriptas anteriormente. Aparecer como una fuerza impulsora esencial en una crisis tan importante puede ayudar al sector a defender un entorno más favorable y políticas propicias para la sociedad civil y la filantropía en el largo plazo.

Para obtener más información, visitar el siguiente link: https://philanthropyinfocus.org/2020/03/26/reflections-on-a-crisis-a-call-for-introspection-change-and-transformation-for-the-global-philanthropy-and-giving-community/.

 

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Educación: Cómo se implementa el ODS 4 en el mundo

La UNESCO y el equipo del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo realizaron un análisis acerca de cómo los países implementan el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4. Este ODS en particular busca “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.

El informe observa que la mayoría de los países no distinguen al objetivo de los marcos políticos generales, ya que este influye en los planes y políticas de educación. Además, este objetivo es utilizado como impulso para llevar a cabo reformas políticas y para comprometerse a nivel internacional.

Por otro lado, el informe propone una forma distinta de supervisar el cumplimiento del objetivo. De esta forma, se analizaron los progresos a través de indicadores cuantitativos y cualitativos centrados en seis transformaciones que los países deben adoptar como un marco a tener en cuenta:

  • El camino hacia la equidad y la inclusión más allá de los promedios;
  • El camino hacia la calidad y el aprendizaje más allá del acceso;
  • El camino hacia los contenidos adecuados para el desarrollo sostenible más allá de lo básico;
  • El camino hacia el aprendizaje permanente más allá de la escolarización;
  • El camino hacia la cooperación intersectorial más allá de la educación;
  • El camino hacia la cooperación regional y mundial más allá de los países.

Desde 2015, los países demostraron la gran relevancia que le otorgan a las distintas iniciativas para la equidad, calidad y pertinencia educativa. Sin embargo, aunque el camino sea el indicado, se necesitan cambios estructurales y una mayor movilización para poder lograr las ambiciosas metas del objetivo número 4.

Se puede encontrar el informe completo en https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000369851.