A lo largo de la historia, las mujeres han colaborado enérgicamente para resolver problemas sociales. Con el pasar de los años y con su crecimiento en el sector privado, su influencia como donantes filantrópicos ha también crecido, siendo en la actualidad un actor clave en la contribución a las causas que afectan a mujeres y niñas en todo el mundo.
Según un informe realizado en 2019 por el Instituto de Filantropía de las Mujeres (IUPUI), de Lilly Family School of Philanthropy, los donantes a fondos y fundaciones de niñas y mujeres – en su mayoría, también mujeres – donan una mayor cantidad de dinero que un donante promedio a otro tipo de causas. En líneas generales uno podría considerar el actuar de los donantes a fondos y fundaciones de mujeres desde una perspectiva de mayor altruismo que el que se puede apreciar en donantes generales. Según el informe mencionado, este grupo tiende a donar de una manera desinteresada y, en comparación con los donantes generales, tienen mayor motivación en dar, en participar de la junta o ser voluntario en una organización, retribuir a la comunidad y creer en que su donación puede marcar la diferencia. En consonancia con esto también usan distintas herramientas y estrategias a la hora de dar- como por ejemplo pueden serlo cadenas de donaciones o testamentos con provisiones caritativas-. A su vez, este grupo está más enfocado en evaluar sus donaciones, es decir, en darle seguimiento y participar de forma activa en la efectividad de sus donaciones, ya sea participando en el board de una organización o contactándose con otros donantes.
Estas características que las destacan de los donantes generales pueden ser explicadas por diversos motivos. Entre estos podemos destacar que por un lado la demográfica de este grupo es distinta a la del donante general: los donantes a fondos y fundaciones de mujeres tienen mayor tendencia a participación de mujeres e individuos LGBTIQ+. A su vez, es importante la auto-percepción que tienen sobre sí mismos; los donantes a fondos y fundaciones de mujeres tienen mayor predisposición a considerarse como líderes filantrópicos y donantes activistas. En esta línea, al participar en actividades de liderazgo filantrópico suelen propugnar los atributos positivos del término “filantropía”. Este último punto puede verse representado al considerar que de acuerdo con el estudio de la IUPIU sólo el 11% de los donantes a fondos y fundaciones de mujeres encuestados dijeron que estaban motivados por los beneficios impositivos en comparación con un 23% de los donantes generales.
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