Por Alejandro Bautista, analista senior en incidencia, Red Argentina para la Cooperación Internacional (RACI)
El Grupo de Trabajo sobre Divulgación Financiera Relacionada con la Desigualdad (TIFD) es una iniciativa global diseñada para abordar el riesgo sistémico de la desigualdad, el cual proporciona información sobre los riesgos de desigualdad para las carteras de los inversores, las empresas, los trabajadores y las comunidades. Para desarrollar esta base de conocimientos se está llevando a cabo un proceso de construcción de una coalición para crear colectivamente un marco de gestión de riesgos que armonice los marcos de divulgación existentes y perfeccione las métricas de materialidad existentes, completándolas con objetivos y umbrales.
Los marcos de gestión de riesgos son utilizados por los inversores para recabar información de las empresas, con el fin de arrojar luz sobre los posibles riesgos para los resultados financieros de sus empresas de cartera. Estos marcos han evolucionado con el tiempo, para incluir el análisis de cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza -como la huella de carbono de una empresa, la salud y seguridad de los trabajadores, y la composición de los consejos de administración- que pueden afectar a los resultados de la inversión. Entonces, si ya existen marcos para evaluar cómo afectan los riesgos sociales a las inversiones, ¿por qué crear uno nuevo? El TIFD armonizará los marcos existentes e incorporará elementos novedosos que no se encuentran en ningún otro marco.
En primer lugar, el TIFD se concibe como un marco de riesgo sistémico que puede arrojar luz sobre los riesgos de la desigualdad para el rendimiento de los inversores y de las empresas (riesgos de afuera hacia adentro), así como también los riesgos de la actividad del sector privado para la desigualdad, incluidos los que afectan a los trabajadores y comunidades más marginados y vulnerables (riesgos de adentro hacia afuera).
En segundo lugar, el TIFD evaluará toda la cadena de valor e incluirá no solo la actividad corporativa, sino también a nivel de inversores, incluso cómo se estructuran las inversiones y la distribución de los rendimientos y el valor a todas las partes interesadas.
En tercer lugar, el TIFD también proporcionará objetivos basados en el contexto como orientación para los inversores y las empresas. Sin orientación sobre “lo que es bueno”, las organizaciones que divulgan información suelen establecer objetivos que les resultan convenientes, en relación con el rendimiento histórico y en relación con sus pares. Sin embargo, esto está empezando a cambiar. En el ámbito del cambio climático las empresas están empezando a establecer objetivos con base científica, que reconocen que si el mundo va a permanecer por debajo de 1,5 grados para cada empresa, hay un límite natural a sus emisiones permitidas en relación con su actividad. En cuanto a las cuestiones sociales, un ejemplo de objetivo basado en la ciencia es la relación salarial permitida entre el trabajador medio de una empresa y los directivos. Los objetivos del TIFD, que están desarrollando nuestros socios globales profundizarán en la eficacia del marco.
Por último, el TIFD incorpora un enfoque basado en los derechos humanos, que atraviesa todos los esfuerzos por medir la desigualdad en sus múltiples y diversas formas. Esto implica dos puntos importantes:
El TIFD está diseñado para permitir que todas las partes interesadas afectadas por la desigualdad sean incluidas en el proceso de cocreación del marco. Esto implica invitar no solo a los inversores y las empresas, sino también a los grupos y comunidades vulnerables y a las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en estos temas, tanto en el Sur como en el Norte. Este es un cambio importante en la forma de desarrollar los marcos de divulgación y, para nosotros, en el Sur Global el más importante.
Los diferentes estratos de la desigualdad – vertical (por ejemplo, de ingresos o riqueza) y horizontal (por ejemplo, de género o racial)- tienen diversas manifestaciones en el Sur global y en el Norte. Por ejemplo, en el primero la desigualdad puede manifestarse más en el sector informal, como es señalado más adelante. A diferencia del cambio climático, no existe una forma universal de definir y medir la desigualdad; el TIFD se está diseñando para reconocer estos matices regionales.
En las conversaciones sobre el TIFD dentro de América Latina las partes interesadas confirman la importancia de una amplia participación y la consideración del contexto. Por ejemplo, la mayoría de las personas y organizaciones que consultamos expresaron su interés en la inclusión de consideraciones sobre el sector informal dentro de los TIFD.
Según la Organización Internacional del Trabajo, durante el primer trimestre de 2021, en América Latina “(…) alrededor del 76% de los trabajadores independientes y algo más de un tercio de los asalariados, eran informales”. Para contribuir sustancialmente a la reducción de la desigualdad a nivel mundial, el TIFD tendrá que incluir a este sector en su marco, esto supone un cambio con respecto a la mayoría de los marcos de divulgación social y medioambiental existentes, que fueron creados principalmente por actores del Norte Global, para empresas multinacionales con sede en el Norte Global y tienden a centrarse exclusivamente en el sector formal.
Mientras que algunas organizaciones de la sociedad civil pueden tener una buena dosis de escepticismo sobre un marco de divulgación “financiero” para abordar sus objetivos y preocupaciones, otras ven una ventaja en trabajar con el sector privado. Trabajar juntos podría ayudarles a avanzar en agendas específicas que ni siquiera el Estado o el sector sin fines de lucro están considerando. Por ejemplo, muchas empresas se han mostrado abiertas y dispuestas a abordar el tema de la discriminación de los descendientes de indígenas en Argentina. Este es un debate que la sociedad argentina recién comienza a tener, y el sector privado podría ser un fuerte aliado para potenciar la discusión, y, además, una vez desarrollado, el marco TIFD puede ser utilizado por la sociedad civil para exigir responsabilidades al sector privado.
Los participantes también hicieron hincapié en que, para tener éxito, el TIFD debe garantizar que la información divulgada a los inversores sea pública y accesible para todos. Solo así podrá utilizarse no solo como una herramienta para los inversores, sino también de la sociedad civil para supervisar y exigir responsabilidades por las acciones de las empresas para hacer frente a sus impactos sobre la desigualdad, así como también por el uso que hacen los inversores de las divulgaciones.
Como miembro de la Secretaría Interina del TIFD y como organización regional del Sur Global, la Red Argentina de Cooperación Internacional (RACI) está plenamente comprometida con el desarrollo y la implementación de este marco de divulgación financiera, el cual tiene relación con la desigualdad.
El TIFD adopta un enfoque diferente para promover y proteger los derechos, ya que, en lugar de tratar de resolver pequeñas partes de grandes problemas, pretende ampliar la escala y desencadenar un cambio sistémico. En lugar de trabajar solo con los inversores y las empresas, se diseña como una colaboración entre diversas partes interesadas, algunas de las cuales pueden, a priori, considerarse socios improbables. Reunir en una misma mesa a inversores, empresas, organizaciones de base, organizaciones de derechos humanos y líderes comunitarios y sociales es una tarea difícil, pero es necesaria si queremos desarrollar un proceso participativo en el que podamos llegar a un consenso sobre soluciones novedosas y complejas para abordar problemas complejos.